Cómo detectar los fallos de repintado en el taller imagen

Como hemos dicho en numerosas ocasiones en El Blog del Pintor, los defectos de repintado son el gran enemigo del profesional del taller de carrocería especialista en pintura. Por eso, lo ideal es evitarlos en la medida de lo posible siguiendo siempre las recomendaciones del fabricante de cada uno de los materiales utilizados en la reparación de carrocería en cuanto preparación, aplicación y secado para reducir al mínimo su posible aparición.

Sin embargo, estos defectos de pintura no son exclusiva de los talleres de reparación. Los fabricantes de vehículos también están expuestos a que se produzcan fallos de pintura en las líneas de producción. Prácticamente, todos los constructores tienen en sus plantas algún tipo de tecnología para detectar estos fallos a tiempo ayudándose de la tecnología más avanzada.

Uno de los últimos ejemplos ha sido General Motors que, junto con una empresa nacida dentro del programa Acelerador SpinUP de la Universidad de Zaragoza, implantó entre 2016 y 2017 una tecnología que permite detectar defectos de pintura inferiores al medio milímetro en la carrocería de los coches sin entorpecer el proceso de fabricación.

Se trata de una innovación que identifica y localiza automáticamente las imperfecciones de pintura que se producen durante la fase de pintado (suciedades, gotas, cráteres, descolgados, piel de naranja, manchas, marcas de lijado, abolladuras…).

Esta tecnología, implantada en la planta aragonesa de Figueruelas, suponía una novedad importante respecto a los sistemas de detección de defectos de pintura tradicionales, ya que permitía localizar de manera automática las diferentes tipologías de defectos que se producen en el proceso de pintura de las carrocerías.

Además, este trabajo se realiza sin interferir en el normal funcionamiento de las líneas de producción, por lo que no hay necesidad de detener los vehículos ni sacarlos en un espacio y tiempo mínimos.

¿Cómo funciona esta tecnología?

La inspección de las carrocerías se basa en una combinación de imágenes captadas por varias cámaras de alta resolución capaces de capturar 40 imágenes por segundo y de un sistema de iluminación específico. Durante la inspección, el sistema es capaz de identificar y diferenciar cada uno de los modelos de vehículos y colores fabricados.

Estas imágenes se procesan en tiempo real mediante un sistema de procesamiento paralelo y distribuido formado por varios ordenadores, a través del cual, los programas informáticos de tratamiento de imagen, procesamiento y localización 3D desarrollados extraen la información necesaria para determinar la gravedad y posición de los defectos encontrados.

Finalmente, además de almacenar los resultados de la inspección, el sistema informa del resultado en diferentes pantallas a los operarios de reparación en cada uno de los puestos a lo largo de la línea.

La detección de fallos en el taller

La detección de defectos en el taller de carrocería no es tan tecnología, aunque su objetivo es el mismo que el que efectúan los fabricantes en sus plantas de producción: entregar al cliente un acabado final perfecto. Los defectos de la pintura pueden ser ya visibles a lo largo del proceso de pintado, pero no es hasta al final de éste cuando puede evaluarse su verdadero alcance.

Por ello, un proceso de pintado no está completo sin una inspección final que asegure la ausencia de defectos. Unos defectos que, si no son detectados a tiempo y son advertidos por el cliente, supondrá un punto en nuestra contra si lo que buscamos es la satisfacción del usuario.

Así, los daños que pudiera presentar la pintura deben detectarse durante una limpieza cuidadosa del vehículo previa a su entrega. Para efectuar este análisis debe procederse con una cierta metodología que permita la revisión de todo el vehículo, no sólo las piezas pintadas, ya que posibles daños, como pulverizados, han podido afectar a molduras, pilotos… y podrían pasar desapercibidos.

Como decíamos, el análisis de los defectos de pintura en un taller de reparación, por regla general, sólo puede realizarse “visualmente”. Por este motivo, las condiciones en que se realice este análisis deben ser las adecuadas, sobre todo en lo que hace referencia a iluminación, que deberá ser suficiente en cantidad y calidad: luz natural (en días soleados) o de fluorescentes o lámparas portátiles con un buen índice de reproducción cromática, ya que de otro modo no se puede conseguir un buen análisis del color y de los efectos de la pintura asociados a él.

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