
Para la mayoría de los pintores de automoción, el pulido es una pequeña parte de sus funciones durante la jornada laboral. De hecho, es una operación a la que no se suele prestar toda la atención que merece, pues un buen pulido puede mejorar aún más un buen acabado. Y un mal pulido puede arruinar un buen trabajo de repintado, obligando incluso a repetir el trabajo.
Por ello, es importante seguir algunos consejos que pueden ayudar al pintor de vehículos a conseguir pulidos perfectos que resalten al máximo el acabado conseguido y, también, a usarlo como útil ‘herramienta’ para eliminar imperfecciones o defectos de repintado.
Los elementos clave del pulido
En este sentido, existen varios aspectos a tener en cuenta: el espacio, el vehículo, las herramientas, la técnica y los compuestos/productos de pulido. Los mejores resultados se conseguirán más rápido si el pintor está dispuesto a cambiar algunas de las variables, dependiendo del problema.
El espacio
La gran mayoría de trabajos de pulido se suelen realizar, como apuntábamos, para eliminar esos defectos de repintado que pueden surgir a lo largo del proceso y que, en un buen número de veces, podremos corregir con el pulido sin necesidad de repintar. Unos defectos que arruinan el acabado final y que dejan clientes insatisfechos… Más teniendo en cuenta el tipo de cliente actual más exigente, en general, con los trabajos realizados en el taller.
De este modo, gracias al pulido, los defectos de pintura más comunes como suciedad en el acabado, piel de naranja y muchos otros podremos solventarlos con buena nota.
El primer consejo para conseguir pulidos rápidos y eficientes es designar un lugar adecuado para realizarlos. ¿Por qué? La primera ventaja es obvia: tendremos a mano todas las herramientas y productos químicos en un solo lugar, lo que nos ahorrará pérdidas de tiempo innecesarias.
Asimismo, separar la operación de pulido también mantendrá el taller más limpio. Si el único lugar del taller para pulir está frente a la cabina, estaremos exponiendo a todo tipo de suciedad al trabajo de pintura que se esté realizando.
También, un área de pulido específico debe tener muy buena iluminación: al igual que al pintar, es difícil hacer un buen pulido si no ves.
El vehículo
En cuanto al vehículo, la primera regla básica para hacer un buen pulido es trabajar solo sobre una superficie fría. Si el automóvil acaba de salir de un secado forzado a 60ºC o más, o acaba de estar estacionado al sol, la pintura se estropeará o manchará muy fácilmente al estar caliente.
Para determinar si la superficie está suficientemente fría, la prueba infalible es poner la palma de la mano sobre la superficie pintada. Si hay algo de calor, esperaremos hasta que la pintura se enfríe al tacto.
Además, el acabado debe estar limpio y libre de restos de lijado de otros vehículos o de polvo, ya sea del interior del taller o por haber estado a la intemperie. Y es que si la superficie no está completamente limpia, ¿cómo verá el técnico los defectos de repintado que deben eliminarse?
Las herramientas
Un pintor acostumbrado a pulir usará la pulidora a altas velocidades. Sin embargo, para un ‘pulidor’ no tan experto, lo recomendable es realizar el trabajo a bajas velocidades: puede llevar un poco más de tiempo, pero es mucho más fácil de dominar. Además, hacer funcionar la pulidora a bajas revoluciones mantiene baja la acumulación de calor. Piensa que la fricción de la almohadilla contra la pintura genera calor, y demasiado calor hará que el trabajo sea más difícil de completar.
Para las pulidoras de bajas revoluciones, existen varios tipos almohadillas. Eso sí, independientemente del estilo que se utilice, conviene asegurarse de que esté centrada, pues las almohadillas desequilibradas dificultarán el control de la herramienta.
Las almohadillas o boinas de espuma están disponibles tanto en un estilo grueso (pulido) como en un tipo fino (acabado). Las boinas de pulido Bodyline tienen una composición de espuma especial para permitir una abrasión rápida y una acción de corte más rápida al descomponer el compuesto y eliminar los rasguños para lograr un acabado más fino.
Mientras, las boinas de acabado están fabricadas a base de espuma muy suave que ha sido diseñada para trabajar con un compuesto fino, reduciendo los hologramas y aumentando al máximo el nivel de brillo del soporte.
Un último consejo: utilices las almohadillas y rpm en la lijadora que utilices, recuerda siempre mantener la almohadilla plana sobre la superficie: distribuye la fuerza de manera uniforme. Si inclinas la pulidora hacia el borde, como una amoladora, la fuerza se distribuye sobre un área de almohadilla más pequeña. Esto puede triplicar la cantidad de fuerza sobre la almohadilla, incluso si el operador no empuja hacia abajo, lo que provoca una acumulación excesiva de calor.
Los productos
Para facilitar el trabajo de pulidora y boinas, es fundamental el uso de pulimentos (compound en inglés), que son básicamente lijas líquidas. El pulimento de corte de Bodyline, elimina raspaduras de lijado gruesas y reproduce un acabado de alto brillo, lo que reduce el tiempo del proceso ya que no es necesario repetirlo.
Por su parte, el pulimento de acabado de Bodyline es ideal para usar en vehículos de colores oscuros o cuando se requiere un brillo extremo. Además, elimina hologramas y marcas de remolino.
La técnica
Para lograr un acabado perfecto, un consejo infalible es trabajar solo en áreas pequeñas: trabajar sólo en un área de 1-2 metros cuadrados a la vez. Es más fácil mantener la superficie lubricada con pulimento y más fácil asegurarse de que se eliminan todas las imperfecciones. Mantén la herramienta en movimiento para evitar que se acumule calor y que se queme la pintura.
Al concluir, limpia el exceso de pulimento o pulido para ver si desaparecieron las imperfecciones. Si es así, limpia el resto y avanza a la siguiente área a pulir. Si las imperfecciones persisten, sigue puliendo.
¿Sabías que un pulido eficiente también mejora la productividad y rentabilidad del taller de chapa y pintura? En este post te contábamos cómo cuáles eran los errores a evitar.
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