Nuevos sistemas ADAS obligatorios en los coches: ¿Cuántos siniestros pretenden evitar?

La seguridad del vehículo desempeña un papel fundamental tanto en la disminución del riesgo de sufrir un accidente como en la reducción de los daños en caso de que finalmente se produzca.

Con el tiempo y los avances tecnológicos los vehículos han ido incorporando cada vez más elementos de seguridad. Así, los automóviles más modernos están cada vez más equipados con sistemas de asistencia a la conducción, los llamados sistemas ADAS (Advanced Driver Assistance Systems, en inglés o Sistemas Avanzados de Asistencia al conductor), unos elementos que incrementan notablemente la seguridad activa –ya que permiten prever situaciones de riesgo– y suponen un paso previo a la conducción autónoma.

Nuevos sistemas ADAS obligatorios

En este sentido, desde julio de 2022, los nuevos coches homologados en la Unión Europea tienen ya que estar equipados de serie con 8 de estos sistemas ¿Cuáles son?

Asistente de velocidad inteligente (Intelligent Speed Assistance, ISA):conecta el control de velocidad inteligente (Adaptive Cruise Control, ACC) con el sistema de reconocimiento de señales (una cámara interior conectada al GPS las va leyendo) de forma que avisa al conductor y, llegado el caso, limita automáticamente la velocidad del vehículo actuando sobre el funcionamiento del motor o del acelerador.

Frenada de emergencia: conocido también como BAS (Brake Assist System) o EBA (Electronic Brake Assist), según la marca del vehículo, reduce el riesgo de accidente por alcance o en una curva, ya que su función es acortar al máximo la distancia de frenado. Ante una situación de emergencia, el sistema detecta si el pedal de freno está siendo pisado con suficiente intensidad y, en su defecto, se activa de forma autónoma hasta que el conductor levanta el pie del pedal.

Caja negra (Event Data Recorder, EDR): colocada en el chasis, normalmente bajo el asiento del conductor, registra varios parámetros tanto del vehículo como de sus ocupantes para recopilar información para reconstruir un accidente y saber qué ha pasado antes, durante y después. Por eso, cuando existe un siniestro, graba todos los datos de los 30 segundos previos y hasta los 5 segundos posteriores. No realiza grabaciones de imágenes ni de audio, sino que analiza parámetros como la velocidad, las revoluciones del motor, el frenado, el funcionamiento de los airbags o de los sistemas de seguridad, entre otros. Los datos se extraen conectándola después a un ordenador y sirven para analizar sus causas e incentivar mejoras en la seguridad vial.

Alerta de cambio de carril (Lane Departure Warning, LDW): su función –se activa cuando se superan los 60 km/h– es corregir un cambio involuntario de carril y que el conductor retome el control del vehículo.

Detector de fatiga y somnolencia: el sistema emite una señal luminosa –una taza de café y un mensaje de texto– que advierte al conductor que debe hacer una pausa cuando lleva más de dos horas conduciendo sin parar o cuando le detecta fatiga, es decir, si en base a patrones marcados, detecta una conducción errónea que identifica como cansancio.

Cámara de marcha atrás: se activa cuando el conductor pone la marcha atrás (o conectando el sistema cuando se pulsa un botón), reduciendo el riesgo que puede comportar la falta de visibilidad.

Bloqueo del vehículo con alcoholímetro: en este caso la UE obliga a preinstalar un sistema para facilitar la implementación de un alcoholímetro de bloqueo, también denominado Alcolock. Este aparato analiza la tasa de alcohol del conductor e impide que el vehículo se ponga en marcha si se supera el límite establecido o no realiza el control. Dispone de unos sensores para identificar al usuario.

Alerta de cinturón en las plazas traseras: obligatoria en los asientos delanteros desde 2014, ahora se amplía también a las plazas traseras. Al arrancar, el panel recuerda la obligación del uso del cinturón mediante un icono lumínico. Si el coche recorre una distancia predeterminada o supera los 25 km/h y uno de los ocupantes no se ha abrochado el cinturón, el sistema avisa con una señal acústica.

¿Cuántos siniestros pretenden evitar?

Según cifras de la UE, en las carreteras europeas mueren todas las semanas unas 500 personas entre peatones, ciclistas, conductores de automóviles y pasajeros. Muchos de ellos se deben a un exceso de velocidad, y reduciendo esta se podría evitar 1 de cada 3 choques aproximadamente, y bajar la mortalidad en un 20%. Por tanto, sólo con el ISA pueden reducirse hasta en un 30% este tipo de accidentes.

Diferentes estudios científicos avalan la efectividad de los sistemas ADAS, llegando a estimar que, si todos los vehículos tuvieran instalados estos sistemas, se podrían prevenir o mitigar aproximadamente el 40% de los siniestros de tráfico, el 37% de las lesiones de consideración y el 29% de las muertes relacionadas con los siniestros viales, según el primer estudio del Proyecto VIDAS (Seguridad VIal y aDAS) desarrollado por Bosch y FESVIAL.

La realidad de los ADAS: desconocimiento entre los conductores

No obstante, este citado estudio desvela una cruda realidad: más del 40% de la población conductora española reconoce no tener conocimientos suficientes sobre los sistemas ADAS. Y el 60% restante, aunque manifiesta conocerlos, ante una solicitud de definición en profundidad, muestran grandes lagunas, así como confusiones entre diferentes sistemas y sus funciones.

Adicionalmente, cabe destacar el alto porcentaje de conductores que no muestra confianza en esta tecnología:

  • El 34% no está convencido de que conducir un coche con sistemas ADAS sea más seguro.
  • El 40% piensa que los sistemas ADAS no van a responder adecuadamente ante situaciones peligrosas de conducción.
  • El 50% no tiene claro que los sistemas ADAS actúen mejor que ellos ante una situación de riesgo, cuando el 90% de los accidentes son debidos al error humano.
  • El 70% no confía en que los sistemas ADAS sean suficientemente inteligentes para garantizar la seguridad del conductor.
  • Un 30% está convencido de que los sistemas ADAS no contribuyen a reducir las colisiones o su gravedad.

Por último, cabe mencionar que un 35% de la población encuestada desconoce la necesidad de recalibración de sensores y cámaras después de un siniestro o una sustitución del parabrisas para garantizar que todo funcione como en origen y que los sistemas no procesen una información errónea y tomen decisiones que puedan resultar peligrosas tanto para los ocupantes del vehículo como para el resto de usuarios de la vía.

¿Sabías que la recalibración de ADAS es un negocio en auge para el taller de chapa y pintura? Te lo contábamos en este post. Y en esta otra entrada de nuestro blog te explicábamos cómo los sistemas ADAS han disparado el precio de las reparaciones de carrocería

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