
Ferrari es famosa en todo el mundo tanto por su papel en la competición como por sus espectaculares automóviles ‘de calle’. La marca fundada por Enzo Ferrari goza de gran fama desde hace décadas y uno de sus rasgos más distintivos es, sin duda, su clásico color rojo, todo un icono de la industria de la automoción a cuyo desarrollo también contribuye hoy PPG.
Y es que detrás de todos estos acabados se encuentra hoy la tecnología de pintura basada en el sistema Low Cure Clear Coats de PPG, proveedor oficial de Ferrari desde 2018. Se trata de un barniz que permite secar a 100ºC en lugar de a 150ºC, lo que reduce de manera considerable el consumo de energía en la factoría de la marca italiana.
El famoso ‘rojo Ferrari’
A pesar de que medio planeta conoce el famoso ‘rojo Ferrari’, lo cierto es que esa denominación no ha sido nunca empleada por la firma de ‘Il Cavallino Rampante' ni por sus proveedores para denominar a su particular tono de pintura.
De hecho, únicamente se trata de un apelativo acuñado debido al uso intensivo que la marca hace de este color, y cuyo nacimiento se remonta a principios del siglo XX. Y todo cuando, curiosamente, los dos primeros Ferraris, el 125 S y el 125 F1, que salieron a la pista en el Gran Premio de Mónaco de 1950, eran de color burdeos.
No obstante, el Rosso Corsa, nombre auténtico del ‘rojo Ferrari’, estaba presente en el 85% de los Ferraris que se producían a principios de la década de 1990. Y aún hoy, este rojo ‘clásico’ predomina aproximadamente en la mitad de los pedidos de los clientes de la marca.
Y es que el Rosso Cosa, color pastel, fuerte y vibrante, sigue cautivando a los clientes del constructor de vehículos transalpino que, sin embargo, pueden optar por otras tonalidades de rojo.
¿Cómo nace el ‘Rojo Ferrari?
Hay que remontarse a los albores del siglo XX, cuando empiezan a ponerse de moda las competiciones de vehículos. Contagiado por la 'fiebre' del motor, James Gordon Bennett, millonario y dueño del periódico New York Herald, propuso al Automóvil Club de Francia (ACF) crear una carrera anual. Participarían los bólidos de los clubes automovilísticos de cada país. El caso es que la idea se materializó en competiciones disputadas en distintos circuitos de 1900 a 1905.
El toque final lo puso Eliot Zborowski, conde de Montsaulvain y piloto de carreras, a quien, según dicen, se le ocurrió que los participantes eligieran un color determinado para sus coches. De ese modo, el público podría reconocerlos más fácilmente por naciones. Así, Francia, Alemania e Italia eligieron el azul, el blanco y el rojo, respectivamente. ¿Y los coches británicos? Como en Inglaterra estaban prohibidas las competiciones en las carreteras públicas se tuvieron que desplazar a Irlanda, de ahí surge el verde más famoso: el British Racing Green.
Tras la I Guerra Mundial, el ACF, embrión de la FIA, instauró la obligatoriedad de la norma de los colores por países. A partir de entonces, los coches de carreras italianos (Ferrari, Alfa Romeo, Maserati...) se identificaron con el tono de la pasión y el fuego. Con el nacimiento del Campeonato del Mundo de Fórmula 1 en 1950, la regla de los colores por naciones se mantuvo hasta 1968, cuando llegó la publicidad a las carrocerías de los monoplazas.
Sin embargo, los bólidos de la casa de Módena conservaron su icónico 'Rosso Corsa' o rojo de carreras... hasta hoy (salvo muy contadas excepciones).
Los rojos más allá del ‘Rosso Corsa’
En lo que se refiere a los tonos pastel, el Rosso Scuderia es el siguiente en las preferencias de los ‘ferraristas’: es muy similar al Rosso Corsa, pero un poco menos animado. Su nacimiento se remonta a la etapa de Jean Todt al frente de la Scuderia, con Michael Schumacher como primer piloto. Entonces, Ferrari adaptó el Rosso Corsa hacia un tono algo más claro y más parecido al rojo empleado por Marlboro, por entonces su principal patrocinador.
Rosso Dino
Se usó por primera vez con el Dino 206 GT, allá por los años 60. A medio camino entre el rojo y el naranja, y siendo el tono más claro de todos los rojos, rinde homenaje al modelo y los motores que llevaban de nombre el apodo del hijo primogénito de Enzo Ferrari.
Rosso California y Portofino
Ya entre los metalizados encontramos otras tonalidades como el Rosso California o el Rosso Portofino, que nacieron con sus respectivos modelos. El primero tiene toques iridiscentes y es visiblemente más oscuro que la mayoría, siendo uno de los tonos más fuertes del catálogo y cercano a los primeros tonos de rojo empleados por la firma de Maranello.
Rosso Corsa Met
Por su parte, el Rosso Corsa Met se lanzó en 2015 con el Ferrari 488 GTB para crear una alternativa (más perceptible a la luz) al rojo más solicitado.
Rosso 70 Anni
Mientras, para conmemorar el 70 aniversario, Ferrari creó en 2017 el Rosso 70 Anni. El Ferrari 812 Superfast fue el primero en lucir este color particularmente intenso.
Rosso Mugello
Para celebrar los 1.000 Grandes Premios de F-1, se presentó el Rosso Mugello, un rojo mucho más oscuro que el tono clásico y que se llama así en homenaje al circuito de Mugello, trazado ubicado en la Toscana y que es propiedad de Ferrari. Definido por la marca italiana como uno de sus tonos más profundos, no es tan oscuro como los Rosso Portofino y Rosso California.
Rosso Fiorano
Es otro tono que debe también su nombre a un circuito. En este caso, a la mítica pista de pruebas que se haya en las propias instalaciones de la factoría de Maranello. Es el rojo más oscuro de todos los de la marca.
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